Descripción
Las escaleras son el símbolo del paraíso perdido y del paraíso inalcanzable. Nos atraen porque nos permiten subir a las alturas, trepar como lo hacíamos en aquella otra vida, cuando éramos monos. Subir, subir, parece una aspiración en sí misma. Las frutas cuelgan de ramas demasiado altas.
Un laberinto de escaleras en el aire, en sí mismas ramas y árboles, caminos hacia puntos invisibles, hacia frutos transparentes.
Podemos jugar a construir, poner andamios en el aire, movernos en todas direcciones, siempre, afortunadamente, con el peligro de caer, con miedo.
Riesgo, miedo y ganas de ir lejos, de alejarse del suelo. Y después mirar el camino recorrido.
Se puede jugar solo o entre dos, amigos o enemigos; colocar tu pieza de tal manera que haga casi imposible que el otro pueda hacerlo sin que el castillo, en el aire, se derrumbe.
Es, de todas las maneras, un camino a ninguna parte, un número circense, un ingenio primitivo, un paseo por el espacio, una locura.
ADVERTENCIA: Este artículo no es un juguete. Uso exclusivo para mayores de 14 años. Contiene piezas pequeñas. Mantener fuera del alcance de los niños