Descripción
Este juego se basa en dos de los juegos más antiguos y elementales que conocemos, el apilamiento y el equilibrio. Son juegos practicados desde el principio de la humanidad Los dos momentos, sostenerse y caerse, son igual de excitantes. Al poner un palo cruzado sobre otro, se hizo el columpio. Y poco después la balanza, la rueda, el rodamiento, las uniones articuladas,….
Este juego trata de servir para recuperar la experimentación primitiva. Las piezas, de formas casuales, recuerdan a los restos y retales de deshecho que pueden encontrarse por el suelo en una carpintería, un tesoro para cualquier niño del vecindario, que siempre los ve como elementos constructivos, por su materia (madera) y por su forma (geometrías azarosas).
Observar el comportamiento de los objetos más simples no sólo interesó a los niños y a los ingenieros y arquitectos; los primeros artistas abstractos se dieron cuenta de que la tensión que generaban los objetos era capaz de producirnos sensaciones o emociones muy parecidas a otros acontecimientos de la vida. El campo explorado por el constructivismo abstracto era el primer y más elemental de nuestros juegos de la infancia, aquellos que llamábamos “construcciones”, de los que nos servíamos para hacer algo que unas veces no éramos capaces de ponerle nombre y otras era una ciudad o un dragón antes de que se vinieran abajo y volvieran a ser un puente, un cilindro, un triángulo… un montón de piezas desparramadas por el suelo.
ADVERTENCIA: Este artículo no es un juguete. Uso exclusivo para mayores de 14 años. Contiene piezas pequeñas. Mantener fuera del alcance de los niños